miércoles, 4 de marzo de 2015

Verum Corpus

Nuestra Cofradía surgió en 1930 para completar el discurso procesional del conjunto de pasos alusivos a la Pasión de Nuestro Señor, y lo hizo como Cofradía Sacramental, que recuperaba públicamente, una de las tradiciones más hondas de la Adoración Eucarística en Semana Santa: la Adoración del Cuerpo de Cristo a través de su presencia sacramental eucarística, y su reflejo formal, a través de la tipología del denominado “Cristo Yacente”.

Aunque los orígenes de esta tradición no se hayan bien perfilados históricamente, la mayor parte de los investigadores concluyen que esta vinculación fue una repercusión pastoral del Concilio de Trento en España en torno a la adoración eucarística. Se considera a Madrid y Valladolid, como las primeras ciudades en las que a finales del siglo XVI se atestigua la presencia de Cristos Yacentes, que incluyen en su pecho un ostensorio para la Exposición de la Sagrada Forma.

No es de extrañar, que con el traslado de la Corte a Valladolid, este tipo de devoción se acrecentase en nuestra ciudad, y que le fueran encargados a Gregorio Fernández, los cuatro primeros yacentes de su serie, para lugares vinculados con las devociones de la Familia Real: San Pablo de Valladolid (que sigue el modelo de Becerra, con ostensorio en el pecho), Santa Clara de Lerma (con una reliquia de la Sagrada Sangre) y los conventos de El Pardo y El Sacramento (fundación de Santa Ana de Valladolid, actual sede canónica de la Cofradía y propietaria del Yacente a quien humildemente rendimos culto).

Esta devoción caló en numerosos monasterios y parroquias durante el primer tercio del XVII. Pedagógicamente, con el fin de limitar el sentido de ambas realidades (la Sagrada Forma y la imagen artística del yacente) las realizaciones sucesivas no incluían ya el ostensorio del pecho, pero sí se creó una modalidad de retablo, conocida como retablo de Yacente, que disponía de un altar sobre el que se colocaba la Custodia para la adoración, y la base del altar, era la urna que incluía el yacente, tal como hoy podemos observar en algunas iglesias de la ciudad (San Miguel, La Magdalena) o Cofradías (Angustias, Nazareno…) así como en la diócesis (Medina del Campo, Tordesillas, antiguo retablo de la Santa Espina…).

Esta Cofradía del Santo Entierro ha conservado su tradición de devoción sacramental, manifestándolo en diversos signos de piedad, de un modo especial en el Jueves Santo. Cuando se realizó el desarrollo de recorridos procesionales que llevasen al extrarradio de la ciudad, las devociones más vinculadas al centro, se eligió el recorrido procesional que llevaba hasta la Parroquia de San Pío X, la imagen titular del Santo Cristo Yacente. El formato procesional fue derivando a formas muy austeras que acabaron priorizando la forma de desfile más propio del Entierro del Señor y Oficio de Difuntos, que de veneración del Cuerpo de Cristo.

El año pasado la Archicofradía del Santísimo Cuerpo de Cristo “Señor del Mundo” y Santo Entierro de Alcantarilla (Murcia), tuvo el honor de galardonar a nuestra Cofradía con el Premio Corpus Christi 2014, esta distinción se basaba en “el amor mutuo que profesan ambas instituciones hacia el Santísimo Sacramento y la figura de Jesús Yacente en el Santo Entierro”, este hecho, unido a que la pasada Pascua el Vicario General de nuestra Diócesis invitó a las Cofradías de Semana Santa de Valladolid a reflexionar sobre el sentido religioso y litúrgico de nuestros actos y procesiones, con el fin de dotarlos de un profundo contenido cristiano y que no se viesen convertidos en meros desfiles procesionales vacíos de todo contenido espiritual, determinó que la Junta de Gobierno, alumbrada por nuestro Consiliario, llevase a efecto una profunda y sería reflexión del sentido litúrgico de nuestras procesiones titulares.

El citado proceso reflexivo concluyó en un proyecto de modificación de nuestra procesión más antigua, la “Procesión del Santo Entierro” en la madrugada del Jueves Santo, con el fin de que en ella se priorizase el culto propio de este día, como lo fue en su origen y no tanto del Sábado Santo. Por ello el acto central de la procesión del Verum Corpus habría de conducir a la Adoración Eucarística en la santa noche del Jueves Santo.

La propuesta fue trasladada al Vicario General y al Deán de la Catedral Metropolitana, obteniéndose el permiso del Cabildo Catedralicio para realizar un acto en el interior de la Seo. Finalmente fue sometida al Cabildo General de la Cofradía, máximo órgano rector de la misma, quien aprobó el proyecto con la mayoría requerida en nuestros Estatutos en su reunión de 19 de octubre de 2014.

La nueva orientación de nuestra procesión del Jueves Santo hará visible el carácter sacramental de la Cofradía, y hará más viva la tradición devocional que hizo surgir la tipología del Yacente, recuperando y a la par, dando valor de actualidad, por medio de un acto de oración y reflexión sobre la teología que en esta imagen subyace.

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