miércoles, 5 de marzo de 2014

Miércoles de inicios

Comenzamos la Cuaresma, con sus signos y propósitos. Un tiempo para reparar en las manos de Jesús, y convertirnos a sus manos y en sus manos. La Cuaresma nos hablará de las manos de Jesús: rechazando las ofertas del tentador, ascendiendo y bendiciendo desde el Tabor, ofreciendo el agua de la vida a la Samaritana, devolviendo la vista al ciego, marcando el límite de la vida venciendo la muerte de otros, para prefigurar la victoria de la suya. Sus manos en Pascua nos mostrará el amor de su costado, el perdón de su misericordia, y en este año, el reconocimiento de la santidad de Juan Pablo II y Juan XXIII.
Sus manos son para nosotros un sacramento, cada año las veneramos en la expresividad del santo Cristo Yacente, por ellas nos llegan la gracia de su amor y la fuerza de su Espíritu. Y con nuestras manos, en Cuaresma se nos invita:
-a recogerlas en plegaria sencilla, que recibe y bendice, que acoge y ofrece: Cuaresma es oración;
- a privarnos de usarlas en nuestro interés, y privarnos, para ser solidarios con los que no tienen: Cuaresma es renuncia para ser oferta;
-a tender la mano, para generar nuevas relaciones solidarias: Cuaresma es conversión al otro.
La Cuaresma comienza en este miércoles con signos que realizan nuestras manos: recibir la ceniza, signarnos… podríamos lavar también nuestras manos, o perfumarlas… son signos que nos recuerdan que la Cuaresma, es tiempo de hacer nuevas nuestras manos. Tus manos son un potencial, no las mantengas escondidas. No seas hombre o mujer de manos atadas, o atrofiadas. Tus manos también son un signo del poder de Dios. “Jesús, tiene sólo nuestras manos para construir un mundo en donde habite la justicia”.

Guillermo Camino
Consiliario


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