Cristo ahora viviente en la hostia Santa, es el mismo Cristo yacente que se entregó por nosotros y permanece en los sagrarios hasta el final de los tiempos, para atender nuestros ruegos y necesidades. No está estático, muerto, sino vivo y resucitado, renovando toda nuestra vida espiritual de amor a Dios y a los hermanos.
Vivamos nuestro amor al yacente y resucitado, no solo una semana al año, sino que nos acerquemos a acompañarlo y adorarlo en el sagrario y en el hermano, que tenemos al lado y requiere nuestra atención. Siempre en la vida de cada uno de nosotros tenemos un momento de inflexión para darnos cuenta de cuánto necesitamos acercarnos a Jesús eucaristía.
Que vivamos intensamente esta próxima Semana Santa y que el resto del año le sigamos acompañando, velando y alumbrando al Cristo yacente y resucitado.
Abre Señor, nuestro Corazón, para que aceptemos las palabras de tu Hijo.
Fernando Alonso Ruiz de Gauna
Presidente diocesano de Adoración Nocturna Española
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