viernes, 19 de septiembre de 2014

¿Me conoces?: Un cofrade gigante

Empezamos una nueva sección en el blog denominada "¿Me conoces?", que pretendemos que sirva para conocernos un poco más entre nosotros.

Un año más, las Fiestas de Nuestra Señora de San Lorenzo han llegado a su fin.
Mientras que diversas instituciones, autoridades, etc. hacen balance del desarrollo de todos los eventos acontecidos, para muchos vallisoletanos es el momento de recrearse en esa imagen que ha quedado grabada en nuestro recuerdo y que permanecerá hasta que llegue otro año, y otras Fiestas.
Sin duda, para muchos padres, la imagen del recuerdo será la de sus hijos y los Gigantes y Cabezudos. Durante un año recordarán las caras de sus hijos, al principio asustados, luego algo más confiados y, finalmente, confiados y entregados a la fiesta de los Gigantes y Cabezudos.
Muchos son los rostros y caras habituales que los padres encuentran año tras año entre asistentes, participantes, organizadores, etc. pero, sin duda hay un rostro que ningún niño olvida, pero sobre todo ningún padre-madre.
¿Quién no se ha quedado en más de una ocasión con la cara de ese chico, de melena rubia y falda roja de cuadros estilo escocés que, año tras año, tiene el don de llenar de vida a la Reina (Sí, sí, la Reina Isabel, la de la serie…) y hacerla dar vueltas y vueltas, para deleite de pequeños y grandes?
Esta entrañable persona, toda una institución en el mundo de los Gigantes y Cabezudos en Valladolid, es Mario. Mario es un chico sencillo, Mario es padre de familia (tiene un niño guapísimo) y, aquí viene lo bueno, Mario es cofrade del Santo Entierro.
Ser cofrade no tiene por qué ser la explicación del hecho de que una persona sea tan alegre, jovial, amigable y cercana… o tal vez sí? Ahí lo dejamos. El caso es que no hay padres que frecuenten los Gigantes y Cabezudos con sus hijos y que no reconozcan la cara de nuestro cofrade. Los niños que disfrutan con las vueltas y vueltas y más vueltas de la Reina a la entrada del Ayuntamiento que se deben al entusiasmo de Mario.
Solo los que han estado allí saben a qué nos referimos, y solo los miembros de nuestra cofradía pensarán… ah! Claro! Mario!
Gracias Mario por hacer felices a los niños y gracias a todo el equipo de Delta Producciones que, año tras año, nos deleitan a grandes y pequeños con su saber hacer en el mundo de los Gigantes y Cabezudos.

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