"La procesión del Santo Entierro abrió la semana de desfiles de Valladolid
La cofradía alumbró a su paso titular, el Cristo Yacente, una obra del imaginero castellano Gregorio Fernández.
En Valladolid, la Semana Santa no dura siete días. A lo largo del tiempo las manifestaciones religiosas han ido sobrepasando los límites entre el Domingo de Ramos y de Resurrección, y las primeras cofradías que procesionan salen a la calle el Viernes de Dolores, cuando tienen lugar dos actos públicos. El primero en abrir la semana de Pasión ha sido el vía crucis de la cofradía del Santo Entierro, cuyos integrantes lucen túnica de terciopelo negro con cola, que abrió ayer, Viernes Quinta de Semana de Cuaresma, los desfiles procesionales que durante los próximos días se sucederán por las calles de Valladolid para rememorar la pasión y muerte de Cristo.
La luz tenue de los farolitos, las flores y el incienso abrían camino al Cristo Yacente, obra del imaginero castellano Gregorio Fernández y paso titular de la Confradía del Santo Entierro. Pero antes de abrirse las puertas del_Monasterio de San Joaquín y Santa Ana, donde reposa esta hermosa imagen, se procedió al ritual en el que los cofrades que la portan, rodean literalmente la talla, de un gran dramatismo, rezan en silencio y al terminar se saludan efusivamente unos a otros, deseándose «buena procesión», mientras las monjas de clausura que residen en el monasterio observan la escena tras las rejas.
Y tuvieron suerte, porque la lluvia, que había aparecido estruendosamente unas horas antes del inicio de la procesión, dio una tregua. Y_por si acaso volvía a aparecer el agua, llevaban escondido un plástico con el que cubrir rápidamente la imagen para preservarla, según dijo el presidente de la cofradía, Jesús González. De cualquier forma, el recorrido era corto y, en cualquier caso, se podría acelerar la marcha.
El paso, acompañado además por representantes de otras cofradías vallisoletanas y fieles, recorrió en silencio y con la solemnidad de la marcha procesional las calles San Lorenzo y Pedro Niño hasta la iglesia de San Lorenzo, donde se celebró el ejercicio del vía crucis, que concluyó con una oración al Cristo Yacente y el canto de la salve popular a Nuestra Señora de San Lorenzo, patrona de la ciudad, una advocación mariana que antes tenía su papel el Domingo de Pascua. Tras ello, el Cristo volvió sobre sus pasos hasta el Real Monasterio deSan Joaquín y Santa Ana".
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Foto: G. Villamil, El Norte de Castilla
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