En este segundo día, la Cofradía hace patente su carácter comunitario y eclesial. Por eso, al finalizar la Eucaristía, se encamina a la Iglesia de San Lorenzo para compartir con la comunidad parroquial allí presente el rezo del ejercicio del Via Crucis. La imagen titular es portada a hombros y acompañada por un sencillo pero solemne cortejo de cofrades, que ya salen, por primera vez con el hábito y el capirote. La noche ha caído ya, pero en la Plaza hay gente esperando ver por primera vez este año al Yacente por las calles. La imagen del Santo Cristo avanzando desde el Monasterio hasta la Parroquia de San Lorenzo es especialmente destacable.
Ya en el templo de San Lorenzo, tiene lugar el rezo del Via Crucis. Un recorrido por las 14 estaciones en el que la cofradía intenta hacer especial hincapié en la simbología, en el contenido de las estaciones y en la teatralización de alguna de ellas. Como muestra de esto, baste ver el desarrollo de las últimas estaciones, en las que, un grupo de cofrades escenifica el momento en que Jesús es clavado en la cruz y, sobre todo, el momento de la elevación de la cruz con la preciosa imagen de Cristo Crucificado que preside el Altar Mayor del templo.
Finalizado el Via Crucis la Cofradía vuelve a su sede, no sin antes cantar la Salve a Nuestra Señora de San Lorenzo, patrona de la ciudad, y pedir que siga bendiciendo a Valladolid y sus familias.
Miguel Ángel González Expósito
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