jueves, 21 de marzo de 2013

Carta del Presidente

Queridos cofrades, queridos amigos

“Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme” (Mt 25, 35-36)

Estamos viviendo la auténtica era de la comunicación. Los medios de los que disponemos para saber los unos de los otros son múltiples. Las nuevas tecnologías nos brindan un sinfín de opciones para poder comunicarnos. Los smartphones nos permiten una conexión prácticamente completa.

Por un lado tenemos, como cualquier teléfono, la opción de consultar los contactos y seleccionar al que deseemos llamar para hablar con él. Tal vez no pueda contestar al teléfono en ese momento. Pero a ese mismo contacto le podríamos mandar, desde ese mismo teléfono, un mensaje de texto o un whatsapp, pero incluso, para asegurarnos más de que llegue a nuestro contacto elegido aquello que le queremos decir, también le podríamos mandar un correo electrónico. Y todo ello utilizando únicamente nuestro pulgar.

En definitiva hoy en día resulta mucho más fácil comunicarnos los unos con los otros. Parece evidente que el siglo XXI nos ha dejado sin excusas para poder estar en contacto con los demás.

Casi a diario nos llegan mensajes a través de emails, wassap, invitaciones a eventos, tweets,…y muchos de ellos de forma masiva e impersonal. Algunos ni siquiera nos interesan, los borramos o los almacenamos, o los ignoramos directamente. Sin embargo nosotros tenemos esa misma oportunidad para transmitir mensajes. Y es que esta nueva era nos permite lanzar un mensaje de mil maneras, y que ese mismo mensaje corra como la pólvora y en tan solo semanas conseguir que unos y otros lo compartan a través de su muro, su twitter, su blog… Jesús de Nazaret, al cual alumbramos con nuestro farol en su noche oscura, nos transmitió, con muchísimos menos medios, un mensaje de paz, amor, esperanza, solidaridad y tolerancia que, dos mil años después, sigue vivo. Ese mensaje aún se está transmitiendo, y nosotros debemos ser no sólo los portadores de ese mensaje, sino que debemos ser activos conductores de él, y debemos de hacer uso de esos nuevos medios para tomar ese testigo que los primeros seguidores de Jesus, arriesgando muchísimo, nos dejaron.

Hoy nosotros tenemos la oportunidad de transmitir ese legado usando la gran variedad de recursos de los que disponemos. Pero además, como cofrades, debemos ser especialmente sensibles a la situación que nos rodea y que seguro nos toca de algún modo, bien directamente o bien a través de algún ser cercano o conocido. Hoy las cofradías, más que nunca, debemos cumplir con el propósito por el que fueron constituidas principalmente: acercarnos a los más necesitados.

Especialmente en estos días hagamos activo ese mensaje, no únicamente con la palabra, sino también con nuestras obras.

Jesús González Expósito
Presidente

*Texto preparado para el boletín informativo de la Cofradía en la Cuaresma de 2013.

No hay comentarios:

Publicar un comentario